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Asturianizar

por Comunicación Foro

Por Inaciu Iglesias, en El Comercio

En Galicia la derecha gana porque es galleguista. En el País Vasco, porque es vasquista. Y en Asturies pierde porque no sabe ni lo que es, ni lo que fue ni lo que quiere ser

Uno de los grandes problemas de la derecha asturiana es no defender sus raíces

Las dos únicas veces en 40 años que la derecha ocupó el Gobierno autónomo lo hizo gracias al asturianismo

Si nuestra derecha se asturianizara, ganaría las elecciones. Así de fácil. Tanto que las pocas veces que lo hizo, acabó llegando al poder. No es romanticismo, entonces. Hablamos de un asunto de interés y de voluntad; casi de una obligación moral. Y no lo invento yo, lo proclamó, hace ya más de cien años, Vazquez de Mella, otro de nuestros pensadores políticos asturianistas a los que nos permitimos el lujo de despreciar: «La primera obligación de Asturias es asturianizarse. Pueblo que pierde su originalidad o es pueblo degenerado o reniega de sí mismo al divorciarse de sus antepasados».

Y es que uno de los grandes problemas de la derecha asturiana es precisamente ese: renegar de sí misma, no defender sus raíces, desconocer a los suyos. ¿Ustedes conocen, por ejemplo, quién fue Vazquez de Mella? ¿Saben que hace muy poco le quitaron su nombre a una plaza en Madrid? ¿Oyeron a algún político asturiano salir a defenderlo? ¿No?

Pues así nos va: desconocedores de lo propio, tragándonos que nuestra tradición es un invento y sin saber defendernos; ausentes y tartamudeando como ajenas nuestras propias palabras. «Asturias n’ayén ya tatexandu cumu ayenas las palabras suas»; eso decía Fernán Coronas, otro de los grandes pensadores asturianistas al que también nos permitimos el lujo de despreciar. Y ya no. Ya no estamos para más lujos ni para más desprecios, y mucho menos para seguir con comportamientos adolescentes como protestar ‘porque en Madrid no nos hacen caso’.

En Madrid no nos hacen caso porque la política no es una guardería, lo de papá Estado ya no funciona, y lo de intentar mamar a base de llorar es una ensoñación provinciana. Por eso tenemos que madurar ya y dejar de enfadarnos tanto con nosotros mismos y con nuestros orígenes.

Y conocernos mejor. Y valorarnos más. En Galicia la derecha gana porque es galleguista. En el País Vasco gana porque es vasquista. Y en Asturies pierde porque no sabe ni lo que es, ni lo que fue, ni lo que quiere ser. Y es una pena, porque lo tiene muy fácil: solo hay que abrir algún libro de historia, estudiar el nomenclator de las calles, o escuchar a la gente normal. Pero no. En vez de eso la derecha asturiana prefiere seguir sin formarse, no hacer los deberes y copiar lo que hacen otros. Y por eso cuando llega al poder empieza a pelearse consigo misma y lo pierde.

Las dos únicas veces que, en los últimos cuarenta años, la derecha asturiana ocupó el Gobierno autonómico lo hizo gracias al asturianismo. Piénsenlo. En 1995, Sergio Marqués, con 21 diputados, pudo gobernar gracias al apoyo del Partíu Asturianista: una fuerza en la que él mismo se integraría a través de la coalición Unión Asturianista. Esa fue la primera vez. Y la segunda fue, en 2011, cuando Alvarez-Cascos llegó a la presidencia gracias a los 16 escaños de Foro Asturias. Queda entonces la tercera. Y les apuesto lo que quieran a que la próxima vez que la derecha asturiana llegue al poder lo hará, como siempre, gracias al asturianismo. Por eso insisto en que tenemos que asturianizarnos, abrirnos al mundo, superar el infantilismo, crecer, madurar, y dejar de mirar continuamente a la Villa y Corte esperando instrucciones. Sobre todo en estos tiempos en que la derecha madrileña se está haciendo más nacionalista que nadie y se cree una España dentro de España.

La tradición política asturianista existe y hace ganar elecciones. Y podemos ignorarla y despreciarla y seguir haciendo sucursalismo, inventándonos excusas y enemigos imaginarios y perder así elecciones, gobiernos y memoria. O centrarnos en Asturies y empezar a ganar.

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