José María Urbano en El Comercio
Asturias se queda fuera de los dos objetivos de descarbonización de ArcelorMittal por el coste de la energía.
Galicia impone al Gobierno la posibilidad de una nacionalización de Alcoa frente al ‘parche’ de Avilés.
La ministra de Transición Ecológica y el Reto Demográfico y yo tenemos un pequeño problema.
Ella es vicepresidenta cuarta del Gobierno y yo un periodista jubilado al que de momento le dejan un espacio como este para hacer alguna reflexión.
Pero no solo esa es la distancia entre ambos, que ya es sideral por tantas cosas: ella está preocupada por los calderones varados en Carreño y yo por mis vecinos del segundo y octavo piso, que son trabajadores jóvenes de Alcoa. A mi también me preocupan los calderones, sobre todo desde que en el colegio nos echaban películas sacadas de la serie de ‘Flipper’. De ahí mi admiración por los cetáceos en general.
A la ministra se la conoce por tener una sensibilidad a flor de piel cuando se trata de defender el futuro de los grandes simios ante el coronavirus -nota oficial de su Ministerio del 26 de marzo pasado cuando este país sumaba el muerto número 3.434-, o cuando se alarmaba porque en un pueblo de Extremadura se alcanzaron los 30 grados en el mes de febrero.
Yo debo ser rarito porque a mi, asturiano de les cuenques y de Avilés y de cualquier rincón de esta tierra, lo que me alarman de verdad son las dos ultimas notas de prensa de Arcelor Mittal. La primera dice que esta semana ha decidido vender sus activos en Estados Unidos, todo su negocio, a Cleveland-Cliffs, en una operación de claro sesgo económico -1.200 millones de euros para hacer caja y seguir dando valor al accionista-, con un par de ‘salvedades’. Se queda con los centros tecnológicos («vendo el negocio de la producción, pero no el talento ni el I+D+i»), y sigo teniendo presencia en Norteamérica a través de AM/NS Calvert, la ‘joint venture’ con la japonesa Nippon Steel que ya se encuentra entre las plantas siderúrgicas acabadoras mas avanzadas del mundo, y en la que se anuncia una ampliación mediante la construcción prevista de un horno de arco eléctrico. El mercado de Estados Unidos se atenderá además a través de sus instalaciones estratégicas en Canada y México.
Todo bajo control.
La segunda nota de prensa habla del compromiso de ArcelorMittal para fijar el objetivo de alcanzar un balance neto de cero emisiones de carbono en el conjunto del Grupo en 2050. Para ello, el líder mundial de la siderurgia se plantea dos rutas:
Hydrogen-DRI y Smart Carbon. Y confirma que lleva ya tiempo profundizando en ambas. Mi preocupación es observar que España, Asturias, no figura explícitamente en esos dos objetivos, en donde se vuelcan ya las plantas de Hamburgo (Alemania), Dunkerke (Francia) y Gante (Bélgica).
Por contra, en Asturias, se ha dado la voz de alarma porque peligra la división de Largos si no se consigue la necesaria competitividad para mantener el negocio abierto. Con un problema añadido, que es donde puede residir la madre de todas las crisis: si no hay Largos sobra un horno alto y la acería de Gijón. En donde hay 5.000 trabajadores, nos quedamos con la mitad. Las empresas auxiliares desaparecen o casi. El Musel, la EBHI, tendrá un horizonte insoportable, el transporte por carretera entra en shock.
Lo entienden esto algunos políticos que han adoptado esa coletilla de «en Asturias no solo existe ArcelorMittal»?
Las dos notas de la multinacional siderúrgica son un libro abierto: cierro Estados Unidos cuando quiera, como cerré Zumarraga o Zaragoza; el futuro lo busco con tecnologias muy avanzadas, pero que necesitan mucha energía a un precio competitivo y en España no lo tengo. Uno ve todo esto y se hace cruces cuando las demandas sindicales se centran, no en el mantenimiento del empleo, que esta asegurado con recolocaciones, sino en cuestiones como la movilidad o la gestión del bocadillo.
Tenemos como región gravísimos problemas por delante mientras no seamos capaces de comprender que antes de ganar el futuro hay que asegurar el presente y que sin éste no hay futuro. Estamos abocados al desastre. Y sindicalmente hay que empanarse en el bocadillo y en la movilidad de treinta metros. si no se persigue casi en exclusiva el compromiso de la empresa porque apueste por tecnologías de futuro. Nadie se quiere enterar de que el horno de mineral de hierro y carbón va a desaparecer?
Tenemos en el Gobierno central un aliado a la contra. Alcoa, esa multinacional depredadora cuyo único objetivo es hacer desaparecer su competencia en España, nos vuelve a sacar los
colores como región. Galicia ha puesto encima de la mesa la opción de la nacionalización del complejo de San Ciprián. Aquí, en Avilés, se permitió por parte del Gobierno un parche para tapar la hemorragia, dejando la empresa en manos de una banda de trileros retratados en programas de televisión dedicados a la delincuencia de guante blanco.
Seguimos sin estatuto de las electrointensivas simplemente porque Asturias es la mas afectada – ¡iban a hacer lo mismo con el País Vasco, Cataluña o Valencia!-, recurren a la argumentación falsa de que la UE prohíbe ciertas ayudas, mientras Alemania y Francia, o Polonia, se parten de la risa… Pero eso si, aquí ponemos encima de la mesa los tiempos del bocadillo y la vicepresidenta cuarta del Gobierno llama al Ejecutivo regional para interesarse por el varamiento de los calderones porque esta preocupadísima.
A mi me siguen preocupando mis vecinos del segundo y octavo. Esa es la diferencia.