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La espera de la vacuna para los enfermos crónicos más vulnerables

por Comunicación Foro

Por Adriana Delgado, en Cadena SER

Los pacientes trasplantados o en lista de espera, los oncológicos en quimioterapia, los enfermos renales en diálisis y aquellos mayores de 40 años con síndrome de Down serán los siguientes en vacunarse, aunque temen un retraso en la campaña en un momento donde la incidencia acumulada vuelve a subir

El criterio elegido a la hora de seleccionar este grupo prioritario excluye a otras enfermedades crónicas como los trastornos mentales donde el riesgo de contagio es cinco o siete veces mayor al resto de la población

«Vives siempre con un suspiro en la boca esperando que no te toque a ti». Es Manuel, paciente con un trasplante pulmonar desde hace 14 años. Apenas se acuerda de lo que es andar por el paseo marítimo de Almería. Tampoco de las visitas esporádicas de sus amigos, ni de los aniversarios por año de trasplante donde celebraba el simple hecho de vivir. Reconoce estar en «una continua burbuja» donde el trayecto más largo que realiza es de su casa al hospital. «Nunca me he sentido así, ni la noche del trasplante porque iba feliz, no tenía nada que perder y si ganar mucho… porque gane vida. Sino hubiese estado 14 años muerto», dice.

Depende de la exposición al virus y del tipo de trasplante, aunque los pulmonares tienen un riesgo de mortalidad del 40%, según una investigación llevada a cabo en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid. Manuel Muro, de la Sociedad Española de Trasplantes y jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia cree que la vacuna es «importante» en pacientes trasplantados porque «tienen una peor respuesta a la vacuna, con lo cual pueden necesitar un incremento de las dosis”. Tanto es así, que investigadores de la Johns Hopkins Medicine concluyen en unos de sus últimos estudios publicado en la reconocida revista Journal of the American Medical Association que solo el 17% de los pacientes trasplantados produjo anticuerpos con la primera dosis en sus primeros análisis. «Hay que vacunarles ya», insiste.

Sin embargo, en España no se podrá hacer hasta que la fase de los mayores de 80 años termine, en base al plan del Ministerio de Sanidad. Lo mismo sucede con los pacientes en lista de espera para hacerse un trasplante, los oncológicos en tratamiento de quimioterapia, los pacientes con síndrome de Down mayores de 40 años y los enfermos renales en diálisis que se vacunarán de forma simultánea al grupo de edad de 70 a 79 años. Se trata del grupo de pacientes crónicos más vulnerables que ha elegido el Ministerio de Sanidad con la colaboración de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme).

El Gobierno había asegurado que a finales de marzo estaría vacunado el 80% de los mayores de 80 años. Sin embargo, apenas la mitad de este colectivo tan sensible está inmunizado en un momento en que la incidencia acumulada aumenta ligeramente y la amenaza de una cuarta ola se aproxima. Además, esta situación que alarga la espera de estos enfermos crónicos considerados en «riesgo elevado» de mortalidad, así como de contraer la Covid-19 con un pronóstico peor al del resto de la población.

Otro ejemplo es el caso de los enfermos renales. En España de los más de 64.000 enfermos con trasplante de riñón o en tratamiento de diálisis, se ha contagiado un 7%, según la Sociedad Española de Nefrología (SEN). Mientras que la mortalidad es de un 21% y llega a alcanzar un 23% en tratamiento de hemodiálisis. La presidenta de SEN, Patricia de Sequera, manifiesta que «estos pacientes acuden de media tres veces por semana a los centros, comparten espacios cerrados en el hospital», como es en las salas de espera, coinciden a la hora de la diálisis, «y muchos utilizan el transporte sanitario colectivo».

Como le sucedió al padre de María Dolores de 77 años. Una ambulancia le recogía tres veces a la semana para llevarle a diálisis. Sufría otras patologías y tenía un gran nivel de dependencia al haber quedado reducido a una silla de ruedas. Un día amaneció con fiebre y terminó siendo positivo en Covid-19. Al día siguiente «mi madre se había despertado a las seis, lo notó frio, no le encontró latido y era así como supimos que se había ido sin que pudiéramos despedirnos», manifiesta por escrito María Dolores incapaz de «verbalizar sin romperme». La presidenta de SEN, Patricia de Sequera insiste: «cada día que un paciente retrasa su vacunación, es un día que le estamos sometiendo a un riesgo muy importante».

Con relación a los pacientes oncológicos, la espera también preocupa. Sanidad ha llamado a aquellos con enfermedades oncohematológicas, tumores sólidos que están en tratamiento de quimioterapia y aquellas personas con cáncer de pulmón, tanto si están quimo como en inmunoterapia como los siguientes en recibir el primer pinchazo. Estudios como el de un equipo de investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge y el instituto Catalán de Oncología (ICO) publicado en la revista Cancer Reports revela que los enfermos con cáncer no tienen más riesgo de contagiarse que el resto de la población, aunque existe un incremento de la mortalidad del 46% en pacientes oncohematológicos.

Lo mismo sucede con las personas con Síndrome de Down. Estudios como el que ha publicado recientemente la revista The Lancet concluye que, a partir de los 40 años, la tasa de mortalidad aumenta. Este es uno de los motivos por el que han sido incluidos en este grupo de pacientes vulnerables, ya que tienen un mayor riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares.

Los trastornos mentales, «olvidados»

El grupo de los más vulnerables elegido por el Ministerio de Sanidad excluye a una parte de los más de 19 millones de españoles –la mitad de la población- que padecen una enfermedad crónica o síntomas cronificados, en base a un informe de EsCrónico. Desde la Cadena SER hemos contactado con la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) para conocer el criterio que se ha tomado, aunque ha declinado la propuesta.

Muchos enfermos crónicos o en condiciones de riesgo esperaban poder entrar en este bloque de prioridad. Según una lista elaborada por la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, se planteaba una propuesta donde incluían las personas con una obesidad en grado III, cirrosis, esclerosis múltiple con un grado de discapacidad alto o esquizofrenia como pacientes de «alto» o «muy alto riesgo».

Antes de la pandemia, la esperanza de vida de un paciente con trastorno mental era de entre 10 y 20 años menor a la población general, según la Asociación Mundial de Psiquiatría. Mientras que el riesgo de contraer el Covid-19 es de cinco o sietes veces mayor al resto. La Sociedad Española de Psiquiatría han solicitado la vacunación temprana de los pacientes con enfermedad mental grave.

Por su parte, Mikel Munarriz, presidente de la Asociación Española de Neuropsiquiatría explica que «estas personas no son solo más vulnerables, sino también más vulneradas» y pone el foco en la sociedad. «Este rechazo y discriminación convierten a estas personas en pacientes con más riesgo de tener peor salud y menor esperanza de vida».

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