Basta echar una ojeada a los periódicos, escuchar la radio o encender la televisión para ver alguno de los numerosos ejemplos que ilustran las carencias de la atención primaria en el Principado de Asturias. Carencias que, desgraciadamente para Adrián Barbón y su Gobierno, no se solucionan ni con fotografías, ni con titulares, ni con falsas promesas, sino que requieren de análisis, rigor y seriedad. Estas carencias únicamente se solucionan con planificación, con recursos y con diálogo. Sí, con diálogo, porque si de verdad queremos solucionar los problemas y las deficiencias del sistema de salud en el Principado tenemos la obligación de escuchar a las y los profesionales y pacientes, acompañando de recursos y de cambios organizativos sus recomendaciones y propuestas.
Frente a la política sensata (que implica recursos, planificación y diálogo), el Gobierno de Barbón está optando por aplicar la táctica del avestruz: esconder la cabeza bajo tierra, echar balones fuera y hacer ver que el problema no va con ellos, o que excede el ámbito de sus competencias. Así, primero se escudó en la pandemia, utilizando permanentemente como excusa la crisis de la COVID-19 para no hacer nada y quedarse de brazos cruzados mientras las y los profesionales sanitarios y pacientes clamaban contra una situación verdaderamente dramática. Después, a medida que gracias a su esfuerzo la vacunación fue avanzando y la situación fue mejorando, el propio Presidente Barbón escurrió el bulto y, mediante lamentables insinuaciones, culpó de los problemas, de los retrasos y de la falta de presencialidad en las consultas a esos mismos profesionales de atención primaria. Eso sí, nadie del Gobierno nos ha explicado a la ciudadanía cómo pretenden garantizar una buena atención mientras el incremento de actividad en los centros de salud no va acompañado de incrementos en la plantilla; faltan sustitutos, y los profesionales se ven obligados a seguir atendiendo al 100% de la población con un tercio menos de sanitarios.
Hay dos datos que ilustran perfectamente estas carencias a las que nos referimos: por un lado, el incremento de más de un 10% en la contratación de seguros de salud en el Principado de Asturias en el segundo semestre del año 202 ha sido ocasionado, además de por el miedo a la COVID-19, por la desconfianza en nuestro sistema de salud, o más bien desconfianza hacia la gestión del sistema de salud por parte del Gobierno de Barbón. Por otro, Asturias es la tercera región con más personas esperando a operarse y ver al especialista.
En lugar de imponer un sistema de atención que no gusta ni a profesionales ni a pacientes, el Gobierno asturiano debería actuar con visión a largo plazo, potenciando la dotación tecnológica de los centros de salud, mejorando la gestión y entablando un diálogo permanente con los profesionales.
Pero, sobre todo, faltan recursos: debe invertirse más en atención primaria, y desde FORO Asturias trabajaremos para lograr que, en lugar de fotografías y titulares fáciles, nuestro sistema sanitario, y muy especialmente la atención primaria, cuente con muchos más recursos, con más planificación, y se tenga en cuenta a nuestros profesionales. Esos a los que aplaudíamos desde los balcones y que se han dejado la piel para protegernos.