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Dejen en paz el mundo rural

por José Antonio Roque Llamazares

Sinceramente, no entiendo nada. Soy alcalde de un concejo pequeño, de algo más de 500 habitantes, y cada día que pasa me cuesta más entender las decisiones que toman quienes nos gobiernan. Cada decisión que toman nuestros gobernantes resulta más inexplicable que la anterior, salvo que tengan como objetivo acabar con el mundo rural, expulsar a nuestros ganaderos y agricultores, y evitar que las nuevas generaciones tengan la ilusión de seguir viviendo en nuestros pueblos y trabajando en el sector primario.

La decisión del Gobierno de España, tomada por la ministra Teresa Ribera y defendida por el ex consejero asturiano Fernando Lastra, de incluir al lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) es un nuevo ataque a los paisanos y paisanas que vivimos en los pueblos. Es la puntilla, pero desde luego no es la única ni la primera agresión que sufrimos. Esta sobreprotección del lobo se suma a otras medidas absurdas e inexplicables que dificultan enormemente nuestra labor, y que están provocando un reguero interminable de multas y sanciones. Otro ejemplo claro del desprecio de algunos políticos hacia nuestro sector primario son las palabras del ministro Alberto Garzón, que parece empeñado en acabar con nuestra ganadería.

Estamos hartos de que se tomen decisiones contrarias a los intereses de los habitantes de los pueblos desde cómodos despachos y a cientos de kilómetros de donde estamos. Si de verdad quieren luchar contra la despoblación, si de verdad quieren hacer frente al reto demográfico, que abandonen los despachos, que pisen el territorio, y que nos escuchen más. Que nadie olvide que el Principado de Asturias es hoy un verdadero paraíso natural gracias a siglos de labor, esfuerzo y sacrificio de los hombres y mujeres del campo. Asturias es hoy tal y como la conocemos gracias a la sabiduría de nuestros ancestros, y no a burócratas que serían incapaces de situar cualquiera de nuestros pueblos en el mapa.

El mundo rural asturiano puede tener un futuro por delante, puede ser capaz de crear empleo y generar prosperidad, pero para ello resulta imprescindible que nos escuchen, que no nos pongan palos en las ruedas y que nos dejen trabajar. Con políticos como Alberto Garzón, Teresa Ribera o Fernando Lastra el futuro del mundo rural no puede ser peor.

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