Se acabó, vuelta a la normalidad, empieza el otoño. San Mateo, semana grande de todos los carbayones, llegó a su fin ayer. Nuestra fiesta tiene su origen en 1438, cuando la Iglesia Católica concedía el perdón a quienes acudiesen a la Catedral por estas fechas. Perdón que nuestros antepasados, al sentirse libres de toda culpa, aprovechaban para festejar y cometer excesos que no se permitían otras fechas del año. Por fortuna los tiempos cambian, pero hay tradiciones que merece la pena seguir disfrutando.
Que no iban a ser unas fiestas como las anteriores a 2019, en términos de exaltación y aforo, era consabido. El llamamiento a la precaución por la crisis sanitaria era necesario, ninguna persona cabal lo había solicitado.
Tampoco era el año de cambiar de modelo festivo, por mucho que fuera un modelo mejorable al que le tocaba renovarse, más acorde a los tiempos. Pero el gobierno municipal decidió dar el paso en solitario, sin consenso alguno, hacia un modelo impuesto que, según ellos, tenía como único objetivo despolitizar las fiestas.
Pues bien, podemos concluir que jamás hemos tenido el infortunio de vivir un San Mateo tan politizado como este. Despertar todos los días, sin excepción, con declaraciones (sin ningún dato) por parte de nuestro alcalde sobre el supuesto lleno de calles y rincones, hace pensar que ni él mismo se lo creía, la traca final fueron sus declaraciones de ayer, intentando hacer ver que la gente no había salido a disfrutar San Mateo sino a apoyar su gestión. Por supuesto que gente había (creo que sin intención política, mas bien a intentar pasar un rato agradable), ni por asomo el de un San Mateo normal, pero también hubo gente que se quedó en casa haciendo el boicot a sus propias fiestas. Fiestas con unas casetas de dudosa estética, pagadas por todos para mayor ofensa, con música enlatada y con un ambiente apocado, falto de actividades y eventos. Un ambiente provocado desde el poder, cuyo deber democrático es el de velar por los intereses de toda su ciudadanía. No hay peor acto desde la política que dividir a sus vecinos. Por todo ello, desde FORO Oviedo pedimos al equipo de gobierno que recapacite y tenga la capacidad y valentía de rectificar. Nada me alegraría más que San Mateo 2022 se presentasen como unas fiestas donde todos los carbayones disfrutásemos de unas fiestas como se merece nuestra gran ciudad, independientemente de nuestra ideología política.
Sinceramente, espero que la ilusión siempre se mantenga viva en esta gran semana. ¡Viva San Mateo!