Por Jesús Martínez Salvador, en La Nueva España
Los gijoneses y quienes nos visitan estaríamos disfrutando plenamente estos días de nuestra Semana Grande, nuestra ‘Semanona’, si no fuera porque sufrimos una pandemia mundial que obliga a suspender celebraciones, actuaciones y eventos susceptibles de aglomeraciones. Pese a ello, Gijón roza el lleno turístico y la ciudad sigue emanando vida y entusiasmo en sus calles, en sus playas, en sus terrazas hosteleras… Esta alegría, fruto del espíritu folixero asturiano que es difícil de contener incluso bajo las mascarillas, se viene abajo al llegar al Muro, una de las zonas más emblemáticas del municipio y el principal aliciente del verano.
Cualquier gijonés o visitante que se proponga atravesar la ciudad en coche, acaba de mal humor. La decisión del Gobierno del PSOE e IU de levantar el Muro en pleno mes de agosto provoca innumerables atascos en otras avenidas y calles del centro de la ciudad, además de accidentes e incidentes diarios entre peatones, corredores, ciclistas y usuarios de patinetes. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana fuimos testigos de un atropello en la avenida de Rufo García Rendueles y de las dificultades que se encuentra la ambulancia para cruzar esa zona.
Las ocurrencias en el área de movilidad del concejal de IU hicieron que el Pleno del Ayuntamiento aprobara por unanimidad, en julio, una proposición presentada desde nuestro Grupo Municipal de FORO para que el edil del ramo presentara su plan de trabajo y abandonara su improvisación constante. Posteriormente, haciéndonos eco de las crecientes quejas de la ciudadanía, en la última sesión plenaria de agosto pedimos la dimisión del señor Aurelio Martín por haber demostrado su incompetencia e incapacidad: en tan solo un año la movilidad ha empeorado en Gijón hasta niveles inimaginables, convirtiendo el tráfico en un caos, en un infierno circulatorio.
Desde FORO hemos solicitado el expediente de los cambios en el Muro porque queremos conocer cuál es la verdadera intencionalidad de estas obras, y si los cambios son temporales y excepcionales o han venido para quedarse. Ni el concejal de Movilidad ni la Alcaldesa han explicado nunca con claridad el objetivo de levantar el Muro en pleno agosto. Más bien al contrario, sus argumentos han ido variando: en enero aludían al medio ambiente; después hablaban de distancia social por la covid-19, ahora de motivos económicos…
El pasado miércoles anunciaron que trasladarán al Consejo Social la votación para la reforma integral y definitiva del Muro. El consenso que piden llega tarde. Obviaron el Foro de Movilidad, que lleva seis meses sin ser convocado, porque no todas las voces le son favorables y ahora quiere redirigir el debate a un órgano consultivo que se ven capaces de manejar. Tenemos, además, razones para desconfiar del Gobierno de Ana González, que no ha tenido reparos en desoír un consenso político y ciudadano histórico como el de la estación intermodal.
A las obras en el Muro se suma el cierre de la avenida de El Molinón, que lleva cerrada casi un año después de haberse anunciado su reforma, sin que se conozca plazo ni proyecto ni firma adjudicataria.
Entre el Muro levantado y con maquinaria pesada trabajando, la avenida de El Molinón cerrada a cal y canto, y el abandono del parque de Isabel la Católica, la imagen de esta zona tan concurrida y emblemática de Gijón resulta desoladora y es ejemplo de la dejadez con que gestiona la ciudad este Gobierno.
Mientras tanto, una gran mayoría ciudadana se rebela. La plataforma Stopmuro ha dicho basta, y desde FORO les brindamos todo nuestro apoyo para frenar las ocurrencias de este Gobierno liderado por la socialista Ana González. Entre todos seremos capaces de recuperar la ‘normalidad’, al menos en la movilidad de Gijón.