Por Adrián Pumares, en La Nueva España de Las Cuencas
Respaldar a las empresas y apoyar a los jóvenes
Uno de nuestros más célebres lavianeses, Armando Palacio Valdés, nos dejaba una frase que no estaría de más que leyesen de vez en cuando los alcaldes y alcaldesas de las Cuencas: “la vida no se nos ha dado para ser felices, sino para merecer serlo”. Y es que tal parece que los sucesivos gobiernos socialistas que los habitantes de las Cuencas Mineras llevamos décadas soportando no tienen muy en cuenta las lecciones que nos dejó el escritor de Entrialgo, porque, aunque nos prometen el éxito y la felicidad cada cuatro años, en cada campaña electoral, ponen todo su empeño en impedirnos alcanzarlos, aplicando unas políticas cuya inutilidad está más que demostrada y que no logran beneficiar más que a unos pocos.
Altos impuestos, promesas incumplidas, excesiva burocracia y un clientelismo insoportable están provocando que cada vez seamos más los jóvenes que nos vemos obligados a abandonar nuestro hogar en busca, no solo de la felicidad como decía Palacio Valdés, sino de algo mucho más simple: un empleo que nos permita desarrollar nuestra vida. A todo eso, debemos sumar unos políticos que dicen una cosa aquí y otra totalmente diferente en Oviedo o en Madrid, incapaces de defender los intereses de los ciudadanos a los que deberían representar, y abandonándoles sin dudar en cuánto así se lo piden los partidos políticos de los que no son más que meros subordinados.
Una consecuencia de tener estos políticos es tener que sufrir el cierre de nuestras minas y centrales térmicas sin que haya sobre la mesa absolutamente ninguna alternativa que permita mantener los puestos de trabajo asociados a estos sectores. Mientras que en el resto de España el cierre de las térmicas va acompañado de planes alternativos de empleo, en el caso del Principado de Asturias ni están ni se les esperan.
¿Y qué nos queda a los que no nos resignamos a que las Cuencas Mineras continúen languideciendo como consecuencia de la nefasta gestión de la izquierda? Pues defender políticas opuestas a las que se llevan aplicando tantos años. Políticas que permitan, naturalmente, contar con un escudo social que evite que nadie se vea condenado a situaciones de exclusión, pero que hagan posible también la iniciativa empresarial, el desarrollo económico y que todos los jóvenes que quieran hacerlo puedan hacer de las Comarcas Mineras su hogar.
Esperemos que, en el próximo aniversario que celebre La Nueva España de las Cuencas, hayamos dejado atrás estas malas políticas, porque para llegar a una meta diferente, sólo podemos empezar cambiando el rumbo.