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Rafael Fernández, precursor de las coaliciones

por netastur

Por Francisco Ávarez-Cascos, en El Comercio

Está de moda hablar de coaliciones y de gobiernos de coalición. Incluso algunos nos dan clases de democracia parlamentaria. El más afamado de los maestros farsantes, prodigio del arte de contradecirse y doctor en leyes del embudo, lleva más de tres meses disertando sobre un gobierno “de cooperación” o “en solitario” que impone deberes a los demás y elude los propios. Nunca nadie con menos diputados se había empeñado en presidir el Gobierno. Suárez fue investido dos veces con 165 y 168 diputados, respectivamente; González, cuatro veces con 202, 184, 175 y 159 diputados; Aznar, dos veces con 156 y 183 diputados; Zapatero, dos veces, con 164 y 169 diputados; y Rajoy, dos veces con 186 y 137 diputados, tras renunciar a una investidura con 123 diputados. En cambio, Sánchez pretende ser investido con 124 diputados, tras un intento fallido con 89 y una moción de censura ganada con 85. Es normal que se fabrique otra tesis con tufillos de régimen de partido único, inspirada por el alcaraván zancudo (“para otros consejos, para mí ninguno”) que justifica los abusos del aparato del gobierno, la televisión pública y el CIS.

El mantra más repetido por los corifeos sanchistas es que falta tradición de gobiernos de coalición, como en otros países europeos. Falso de toda falsedad. Venciendo al olvido esparcido sobre la transición, el 1 de septiembre se cumplirán cuarenta años de la publicación en el Boletín del Consejo Regional de Asturias de los Decretos 37/1979, de 18 de junio, y 38/1979, de 1 de agosto, que designaron Presidente de Asturias a Rafael Fernández y aprobaron el pacto político para un gobierno de concentración. Reproduzco este texto. “Los partidos políticos UCD, PSOE y PCA, con el fin de llegar a una solución a la crisis política de las instituciones regionales asturianas (Consejo Regional y Diputación Provincial), llegaron a un acuerdo que asumen como compromiso público ante el pueblo asturiano: A) E1 marco de la autonomía regional; B) Las relaciones entre el Consejo Regional de Asturias y la Diputación Provincial; C) La estructura del Consejo Regional, homologación de Consejerías con las Comisiones de la Diputación Provincial y correlación de 1as fuerzas políticas presentes en ambos organismos; y D) La transferencia de competencias de la Administración Central al Consejo Regional de Asturias, acuerdo que suscribieron el día 11 de junio de 1979.

De conformidad con dicho acuerdo que determina la lectura y aprobación por el Consejo Regional y la Diputación Provincial, y previa deliberación del Consejo Regional de Asturias en sesión plenaria de 1 de agosto de 1979, dispongo: Artículo Único: Se aprueba el pacto político suscrito el 11 de junio de 1979 por los partidos políticos UCD, PSOE y PCA, que pone fin a la crisis política de las instituciones regionales asturianas (Consejo Regional de Asturias y Diputación Provincial). Lo que elevo a Decreto en Oviedo, a uno de agosto de mil novecientos setenta y nueve. El Presidente del Consejo: Rafael Fernández”. (*)

Hace cuarenta años, la crisis política de las instituciones asturianas (Consejo Regional y Diputación Provincial) se resolvió con un pacto aprobado en ambas y el nombramiento de Presidente de Gobierno de una gran coalición donde estábamos todos: UCD, PSOE, PCA y AP. Si no se resuelven hoy estas crisis políticas en España no es por falta de tradición, sino por falta de políticos de talla; en concreto, de la talla de Rafael Fernández. Rescato mis palabras en la entrega a su viuda, Belén Torrecillas, de la Medalla de Oro de Asturias a título póstumo. “Forjado en la rebeldía juvenil de una España injusta y de una Asturias en llamas, el exilio mexicano sosegó al luchador, que siguió mirando hacia su tierra durante décadas, océano por medio, …… Tras esa sacrificada forja, Rafael regresó a la España democrática sin renunciar a sus principios, uno de los cuales era venir con la mano tendida a todos, a cambio de nada. Rafael no ‘inventó’ la reconciliación de los asturianos, que ése es un mérito de la sociedad, sino que la encauzó de un modo prudente, cauto, leal, y dando un puñetazo sobre la mesa cuando era menester. Algunos han dicho que Rafael era ‘el Tarradellas asturiano’. Discrepo porque, si acaso, el presidente de la Generalitat fue…el Rafael Fernández de los catalanes.


Los asturianos estuvimos a la altura de aquella circunstancia y, de manera muy señalada, quienes lideraban a las cuatro fuerzas políticas y tenían que aprobar el Estatuto de Autonomía de Asturias, bajo la batuta de la concordia que movía acompasadamente Rafael Fernández. No fue casualidad que aquel Estatuto fuera el primero de la vía constitucional que aprobaron las Cortes. El mérito tiene nombres propios que no le conviene a Asturias olvidar. Y hoy menos que nunca ante lo que se avecina en España. Los líderes de los partidos mayoritarios, UCD y PSOE, Emilio García-Pumarino y Jesús Sanjurjo, trataban siempre como iguales con gran respeto a los líderes de los partidos minoritarios, PCA y AP, Gerardo Iglesias y Juan Luis de la Vallina, y supieron convencer a quienes dirigían el proceso autonómico, Alfonso Guerra y Fernando Abril, de las aspiraciones asturianas. Fue una etapa ejemplar y se convirtió en un monumento a la convivencia y al respeto mutuo, los pilares más sólidos de la pluralidad política. Por eso hoy merece ser recordada, para que llegue incólume al conocimiento de las nuevas generaciones que no la vivieron, y también merece ser enaltecida como referencia del modelo en el que deberíamos mirarnos cuando los vientos de la crisis de los consensos básicos amenazan con dañar los cimientos nacionales del civismo y de la convivencia”.


Aquellos vientos arrecian hoy con el sanchismo y la fórmula para disiparlos son los ejercicios veraces de memoria histórica que vuelvan a unir a los españoles. Lo sucedido en Asturias hace cuarenta años fue un acontecimiento admirable que no debemos de olvidar. En homenaje a un asturiano adelantado a su tiempo, Rafael Fernández, lo evoqué hace ocho años y lo vuelvo a recordar hoy. Fue un precursor.

(*)https://www.asturias.es/bopa/disposiciones/repositorio/LEGISLACION11/66/7/BBFC64677B5440009BAD52DF09336057.pdf

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