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Cien días

Por Carmen Moriyón en 'La Nueva España'

por dircomunicacion

Hay muchas formas de medir cien días. En horas, 2.400; en semanas, poco más de catorce; o incluso en meses, unos tres y medio. Si hablamos de política, los cien primeros días de un nuevo gobierno o Alcaldesa se han convertido en la medida ampliamente aceptada para hacerse una idea de lo se puede esperar o no de aquellos con la responsabilidad y el honor de marcar el rumbo.

 Para Gijón, los últimos cien días hablan de promesas cumplidas, de mejoras tangibles y de una dosis importante, esencial si se quiere, de ilusión ante lo que está por venir.

Devolver el sentido común y la seguridad vial al Muro de San Lorenzo, evitar el abandono de un edificio histórico como la plaza de El Bibio o sentar las bases de proyectos llamados a marcar el futuro de Gijón y Asturias, caso de los terrenos de Naval Gijón, Tabacalera o el Solarón, son algunas de esas primeras acciones que, en tiempo récord, han servido para trasladarle a la ciudad un mensaje inequívoco: los próximos cuatro años tienen que significar avance, avance de verdad.

De una forma incipiente pero firme, Gijón ha vuelto a ver un urbanismo ágil, que hace caminar la ciudad y atrae inversiones; ha visto un equipo de profesionales hacerse cargo de las arcas públicas, un mantenimiento de infraestructuras resolutivo y que otorga a la zona rural de la relevancia que merece; un proyecto cultural llamado a posicionar Gijón como una referencia internacional, y una gestión de la movilidad que parte del consenso y abandona el enfrentamiento entre ciudadanos. En cien días, el Ayuntamiento se ha reconciliado con la Policía Local, un cuerpo esencial al que la ciudad debe mucho, y ha iniciado una serie de alianzas con instituciones que pueden y deben aportar para armar, entre todos, un futuro brillante.

Sabíamos el Gijón que heredábamos. Durante cuatro años asistimos al desaliento como norma, al Gijón enfrentado y en constante conflicto fruto de una gestión nefasta que, sumada a un evidente distanciamiento de la calle, amenazaba con hacer de nuestra ciudad un lugar gris y apático como nunca antes había sido.

Si algo hemos demostrado FORO Asturias, sirvan estos primeros cien días como otra prueba más de ello, es que sabemos revertir situaciones límite. En FORO Asturias siempre hemos apostado por anteponer lo técnico a lo político y, generalmente, las mejores soluciones parten de esa misma receta. Es en lo que creemos y es lo que nos distingue del resto.

En estos cien días, Gijón ha podido ver gobernar a un tripartito por primera vez en su historia.

Quienes en mayo pregonaban un supuesto retroceso, esos mismos que, paradójicamente, defendieron durante cuatro años la imposición por gobierno –actitud retrógrada donde las haya– buscan ahora la forma de desprestigiar una dirección que, con sus aciertos y errores, ha dejado claro su firme intención de sacar Gijón adelante.

Algunos de los proyectos que darán forma a ese Gijón que mire de tú a tú a las grandes ciudades han empezado a asomar en estos primeros cien días. El resto, irán cogiendo forma a lo largo del mandato, a base de trabajo y capacidad de acierto.

Aquellos que quieran anteponer la ideología a la razón o entiendan la política como un juego de siglas, nos encontrarán enfrente. Con los que estén dispuestos a trabajar por un Gijón mejor, nos sentaremos a negociar desde la voluntad de acuerdo que nuestra ciudad nunca debió perder.

Gijón está ante su momento, ante la oportunidad de ser valiente y atreverse, de una vez por todas, a ocupar el puesto como la ciudad que es.

Una ciudad que, por cierto, sigue siendo libre.

A las mentiras las combaten los hechos y las retrata el tiempo. Mientras que Gijón camina hacia el futuro, las mentiras de algunos agoreros ni siquiera han aguantado en pie los primeros cien días.

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