Por Europa Press, S. M. en ABC
Contundente crítica a la falta de neutralidad tecnológica y, en especial, a la apuesta total por el vehículo eléctrico por parte de algunos sectores del Ejecutivo, en detrimento de los modelos diésel, gasolina o híbridos. El pasado viernes, Pere Navarro, director general de tráfico, aseguró que que hay que resolver «el tema de la precariedad» para poder decirle a la gente «que compre un coche nuevo y además eléctrico».
«Cometimos el error de vender un producto que no teníamos en la estantería, no tenemos dónde enchufarlo y el precio es carísimo. Nos equivocamos todos», lamentó Navarro durante su intervención en un desayuno informativo organizado por Executive Forum en el Hotel Palace de Madrid.
En este sentido, añadió que «sin infraestructura de carga no hay coche eléctrico» y que es una «prioridad» del Gobierno crear la infraestructura «adecuada». «Donde nos haría falta, en la ciudad, en el parking es difícil enchufarlo. Pero el que vive fuera de la ciudad tiene facilidades para enchufarlo», criticó
Además, el director general de Tráfico vaticinó que «lo que viene son los desplazamientos a pie por el envejecimiento de la población» ya que, a su juicio, «la gente mayor camina» por lo que la tendencia será «dejar la acera limpia de obstáculos para poder caminar».
Sobre el coche conectado, celebró que es un «salto adelante» desde el punto de vista de la seguridad vial «que se hablen unos vehículos con otros» y ha reconocido que, «sin duda», todas las nuevas tecnologías «van bien para la vigilancia y el control».
«Frustración» por el patinete
Navarro reconoció que la institución tiene una «cierta frustración» con los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) porque, en sus palabras, «parece que todo gira alrededor» de los patinetes. «A mí me gustaría usarlo en la T4. Ahí sí que el patinete sería útil».
En este sentido, destacó que tienen preparada una norma, a petición de los ayuntamientos, que es un «paraguas» para prohibir los patinetes en las aceras, que alcancen una velocidad máxima de 25 km/h y «evitar el trucaje, que la gente no los manipule».
Como «asignaturas pendientes» para mejorar la siniestralidad, hizo referencia al alcohol, la velocidad y las distracciones con el teléfono móvil, porque en las carreteras, a su juicio, «vale con conservación y mantenimiento con criterios de seguridad vial».
En concreto, ha asegurado que respecto al alcohol «lo han hecho todo» pero que en España hay «un problema» con el alcohol, por lo que tienen «que seguir trabajando» porque «es un problema social». «Hacemos más de 5,5 millones de controles preventivos de alcoholemia con la Guardia Civil», ha dicho.
Para el director de la DGT, la primera fase de informar y concienciar del problema con el teléfono móvil ya la han «hecho», pero que en vigilancia y control todavía tienen que «hacer un desarrollo» porque «sigue siendo un problema importante».
Asimismo, resaltó que la DGT está colocando 78 radares «de aquí a final de año» para controlar la velocidad. «Los encontramos en un almacén porque no se habían colocado. En seguridad vial o se toman medidas o no hay política de seguridad vial».