Por Javier Cuarta, en La Nueva España
El banco quiere negociar medidas de ahorro, «minimizando» el impacto sobre la plantilla, ante la finalización este año del actual recorte de jornada
Liberbank, el banco participado por la Fundación Caja de Ahorros de Asturias, ha convocado a los sindicatos el próximo miércoles para plantearles un nuevo programa de reducción de costes laborales que dé continuidad al actualmente vigente, que se inició en junio de 2017 y que vence el próximo 31 de diciembre.
Según la convocatoria a las fuerzas sindicales, que éstas hicieron pública ayer, y de acuerdo con una comunicación interna de la dirección a sus 3.767 empleados, la entidad plantea «explorar medidas de contención y ajuste de gastos laborales, necesarias -junto con el resto de acciones de reducción de otros costes y las propuestas para la mejora de ingresos-, para afrontar», según el banco, «el impacto en el sector del mantenimiento y prolongación de las actuales condiciones de mercado y de las consecuencias en el negocio de la política monetaria vigente», en referencia a la continuidad por el Banco Central Europeo (BCE) de los tipos oficiales en el insólito 0%.
Según Liberbank, se trata de que con la representación laboral se busquen fórmulas que permitan «minimizar» el impacto sobre el empleo de estas medidas, que afectarán a todos los centros de trabajo.
Aunque el banco no precisó ayer las medidas que planteará a partir del miércoles, que las negociaciones se vayan a abordar invocando los «artículos 40, 41 y 82.3 del Estatuto de los Trabajadores» supone -recordaron los sindicatos- que se abordarán previsiblemente cuestiones relativas bien a la movilidad geográfica de la plantilla, la modificación sustancial de condiciones de trabajo (jornada, horarios o cuantía salarial) o «el descuelgue del convenio».
La compañía mantiene que el conjunto del sistema financiero está sometido a la exigencia de mejoras de la rentabilidad, como vienen recordando los organismos reguladores, lo que no es factible con tasas interés en el 0%, lo que estrecha los márgenes financieros, salvo que, según el grupo, se reduzcan costes o se aumenten los ingresos mediante un mayor volumen de operaciones. De ambas opciones, la segunda está comprometida, según la entidad, por la desaceleración económica general, que está afectando a España y que ha llevado también a otros bancos a aplicar ajustes de empleo o de las condiciones laborales.
Liberbank lleva encadenando sucesivos expedientes de regulación temporal de empleo, reducciones salariales y de jornada, planes de movilidad y de recortes de plantilla mediante programas de prejubilación y de bajas incentivadas desde 2013. El plan de ahorro vigente desde junio de 2017, y que finaliza al término de este año, consiste en la reducción salarial y de jornada para toda la plantilla en cuantías del 10,04% en Asturias; 10,97% en Extremadura; 11,34% en Cantabria y 13,56% en Castilla-La Mancha, los cuatro territorios de origen del banco y en los que concentra el grueso de su plantilla. También se aplicó desde 2017 bajas incentivadas para 525 trabajadores.
Los sucesivos planes de contención de costes laborales han tenido peripecias judiciales de diverso signo. El último fue recurrido por algunos sindicatos ante la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo, que rechazaron las pretensiones sindicales. Por el contrario, varios sindicatos sí lograron tumbar en los tribunales el que estuvo vigente durante unos meses en 2013 y que ahora está motivando demandas individuales de reclamación, recordó ayer el sindicato CSI, minoritario en Liberbank pero con mayoría en la red de oficinas (no en los servicios centrales) de Asturias. CSI acusó ayer al banco, que dirige Manuel Menéndez, de pretender «prolongar», con la nueva convocatoria, el «ERE permanente» que se viene «padeciendo», dijo, desde junio de 2013.
El banco sostiene que el plan de ahorro que se pretende se integra en una estrategia de revisión de costes no sólo laborales, sino también en consumos, recursos materiales y otros.