Por S.E, en ABC
El expresidente del Gobierno Felipe González, que este jueves ha reconocido que no ha felicitado a Pedro Sánchez por su victoria electoral porque no le parecía «necesario», ha criticado que el PSOE y Unidas Podemos se hayan repartido primero los cargos del Gobierno antes de hablar del programa que va a marcar la próxima legislatura.
La casa «se construye desde abajo, no se construye por el tejado», ha dicho González en su intervención en la presentación del estudio «Jóvenes, Internet y democracia». «No me gusta, algo que todos entenderán, que después de discutir tantas veces que lo primero que hay que hacer es ponerse de acuerdo en el programa, con las cosas más elementales, lo primero que sepamos es cómo se reparten los cargos, eso no me gusta, me parece que la casa se construye desde abajo, me parece que no se construye por el tejado».
González ha destacado que «quizá» empezar por el reparto de cargos «facilite las cosas» para alcanzar un acuerdo, ya que es «como darle un cargo a Juanito y así Juanito critica menos», pero, a su juicio, hay que «tomarse en serio y de verdad cuáles son los parámetros por los que España estará en condiciones de asumir su papel y su crisis constitucional antes de que se convierta en una crisis de Estado».
Sin embargo, ha asegurado que desconoce el preacuerdo alcanzado por el PSOE y Unidas Podemos, que firmaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias el pasado martes, y por lo tanto no puede opinar si «está bien o está mal» hasta que no lo lea. «Cuando tenga elementos suficientes me voy a pronunciar, además creo que hay una consulta a militantes y tengo el derecho a ser consultado», ha añadido.
Con respecto a las implicaciones sobre Cataluña que pueda tener la entrada en el Ejecutivo de Unidas Podemos, González ha advertido de que si hay partes del territorio que acaban teniendo «unos derechos fuera del paquete de ciudadanía que no tienen otros españoles, eso yo nunca lo aceptaría».
Relación rota
El expresidente socialista, a su llegada al foro, reconoció a los periodistas que lo esperaban que aún no ha felicitado al secretario general del PSOE por la victoria electoral del 10-N. «No me parecía necesario».
Secretario general del PSOE durante dieciocho años y hasta hace no tanto referente absoluto del partido que ahora lidera Sánchez, González ha vuelto a mostrar públicamente su distancia con el actual dirigente de la formación socialista, con quien ha chocado en varias ocasiones por su relación con Podemos.
Ya en junio, cuando Sánchez intentaba formar gobierno después de su victoria del 28 de abril, González reconoció que el presidente en funciones no le había llamado para pedirle opinión sobre cómo afrontar las negociaciones. «Sánchez no me ha llamado, ni una vez», dijo entonces el expresidente socialista.
González dijo, eso sí, que Sánchez «ni lo necesita, ni tiene obligación» de consultarle, aunque este tipo de llamadas a los anteriores dirigentes es una tradición. Más tratándose de una figura tan importante para el PSOE como González, que gobernó en España entre 1982 y 1996. Bajo su dirección el PSOE logró dos mayorías absolutas consecutivas.
Gobierno estable
Pedro Sánchez anunció esta semana que había llegado a un preacuerdo con Pablo Iglesias para un Gobierno de coalición con Podemos y el líder morado de vicepresidente, una opción que el jefe del Ejecutivo ha rechazado durante los últimos meses y que nunca ha convencido a González.
En un foro reciente en el que participó con Rajoy, González abogó por la necesidad de buscar gobiernos estables, aunque no se refirió a la «gran coalición» PSOE-PP. «Lo dije en el 2016 y lo digo ahora, los partidos que no pueden llegar a gobernar no deberían impedir que forme gobierno quien pueda hacerlo. Y si ese gobierno no tiene mayoría, se pueden pactar temas fundamentales, como la relación con Europa o reformas estructurales».
En esa cita González se mostró muy crítico con los independentistas: «Así empiezan todas las tiranías, apelando al pueblo por encima de la norma». Hay que recordar que para que el acuerdo PSOE-Podemos salga adelante, Sánchez necesita la abstención de grupos separatistas como ERC, JxCAT o Bildu.
«Catástrofe sin paliativos»
En mayo de 2014, tras la sorpresiva irrupción de Podemos en unas elecciones europeas en las que consiguió cinco eurodiputados, González advirtió de que «para España y para Europa sería una catástrofe sin paliativos que triunfaran alternativas bolivarianas influidas por algunas utopías regresivas».
Según el expresidente socialista, las propuestas de Podemos se resumían en que «se reparte igual, pero miseria, salvo la nomenclatura, que nunca se queda con miseria».
En noviembre de 2016, antes de que Sánchez volviera a ocupar la secretaría general después de su dimisión por negarse a permitir la investidura de Mariano Rajoy, González cargó contra el actual líder socialista. Entonces dudaba de que pudiera hablar con él durante «más de media hora» sobre sus propuestas para España.
González también lamentaba entonces que Sánchez estuviera «más en competencia con Podemos, que, por otra parte, practica la estrategia de la pinza con el PP, que con el propio PP». A juicio del ex secretario general del PSOE, el partido había «perdido su vocación mayoritaria».