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«Las ocurrencias en Movilidad ya están pasando factura a los vecinos»

por netastur

«En otras ciudades la Concejalía de Movilidad soluciona problemas, en Gijón los crea. El tráfico no lo era hasta que llegó la izquierda», advierte el concejal Pelayo Barcia Castañón en una entrevista en El Comercio

Pelayo Barcia (Gijón, 1978) se ha convertido en el azote del concejal de Movilidad, Aurelio Martín. El edil de Foro es una de las voces de la oposición que más está batallando para intentar revertir peatonalizaciones como las del Muro y la avenida de El Molinón y poner freno a otros cambios drásticos en el tráfico impuestos en los últimos meses como los ciclocarriles.

-¿Qué balance hace del primer año de gobierno de Ana González en Gijón?

  -Llevamos un año de gobierno socialista en Gijón y no conocemos ni una sola idea, ni una propuesta para mejorar la ciudad. Lo único que han hecho ha sido incrementar la crispación ciudadana. Le doy ejemplos: sembraron la polémica de la Universidad Laboral al rechazar que fuese declarada Patrimonio de la Humanidad; han culpado a los piragüistas y al anillo navegable de la contaminación en el río Piles, y han tirado por la borda importantes e históricos consensos alcanzados en el mandato anterior, al rechazar ahora que la Casa Paquet sea un albergue de peregrinos de referencia o descartar la centralidad de la estación intermodal del plan de vías. Por no hablar de otros temas que también preocupan a los ciudadanos, como la falta de limpieza

-Un malestar ciudadano creciente surge por las políticas de movilidad llevadas a cabo sin cobertura de ordenanza o plan.

 -Las ocurrencias en Movilidad ya están pasando factura a quienes tienen que desplazarse por la ciudad para ir a trabajar, hacer recados o tengan que llevar a los guajes al colegio, así como a los comerciantes, que a la larga perderán clientes. Mi obligación como concejal de Gijón es tratar asuntos que preocupan a los ciudadanos y, desde luego, este es prioritario. El tráfico en Gijón no era un problema hasta la llegada de este gobierno de la izquierda. En otras ciudades el concejal de Movilidad soluciona problemas; en Gijón los crea.
 

-Afirma que reordenar el Muro en pleno mes de agosto es el ejemplo del desgobierno que vive Gijón desde hace un año.

 -Así es. La ‘guinda’ al primer año de desgobierno socialista en la ciudad es levantar el Muro en pleno agosto, un mes crucial para la actividad turística de Gijón. Solo a alguien que no conoce la ciudad se le podría ocurrir.
 

-¿Cuál cree que será el efecto de esta obra cuando concluya?

-La climatología invernal reducirá el número de paseantes, así que el uso de los carriles interiores será nulo o a lo sumo se convertirán en una pista de atletismo para unos pocos, y los bajos comerciales seguirán en desuso, al no haberse peatonalizado proporcionalmente a ambos lados de la calle. El tráfico en sentido hacia el Piles será peor al tener un solo carril, con lo que el efecto será negativo para la ciudad.

-¿Ve los ánimos tan caldeados en la calle como para que la gente salga a protestar?

-La mejor protesta se hace en las urnas cada cuatro años. El talante poco dialogante del gobierno local hace que estas plataformas, como StopMuro, Defensa de los vehículos Históricos, Cimavilla… vayan cogiendo fuerza. Aunque el señor Martín se jacte de reunirse con mucha gente, luego hace lo que le da la gana, con lo que el clima de crispación irá aumentando. Yo no lideraré ninguna manifestación, ya que la política tiene otros cauces; pero si hay una movilización para revertir estas medidas de tráfico, seré el primero en estar en la segunda fila, tras los convocantes. Nada se iguala a lo que estamos viviendo. Si gobernase Foro y se hubiesen tomado estas medidas de movilidad, la izquierda incendiaría las calles. Lo de Gamonal en Burgos quedaría en anécdota al lado de lo que pasaría en Gijón.

Tres millones en ocurrencias

-¿Cuáles de estas obras intuye que serán reversibles y cuáles quedarán más allá de octubre?

-Todas quedarán. El señor Martín anunció a principios de junio que las actuaciones del Muro se harían para garantizar el distanciamiento en verano. Ahora las va a ejecutar a finales de agosto, con lo que se demuestra que lo que busca es crear un caos circulatorio y no prevenir la COVID-19 en época estival. El señor Martín se inventará unos indicadores o un estudio para justificarlas y las dejará como permanentes. Cuantificamos en más de tres millones de euros el coste de sus ocurrencias en lo que va de 2020, y es difícil justificar que algo provisional cueste esa cantidad.

-Desde un punto de vista de defensa medioambiental, ¿no le parecen medidas acertadas?

-Si estas medidas se hubiesen desarrollado homogéneamente por toda la ciudad serían creíbles desde un prisma medioambiental, pero todas ellas están siendo ejecutadas en el centro y en el distrito este, que precisamente son las zonas que presentan mejores indicadores ambientales. Esto demuestra que lo que se persigue no es bajar la contaminación sino convertir el centro en un parque temático para turistas, gentrificar barrios como Cimavilla o el centro y, en general, expulsar a todo aquel que no se pueda pagar un coche con pegatina y una plaza de garaje.

-¿Cómo afectan estas actuaciones en el aparcamiento?

-Este problema viene de atrás ya que las zonas de aparcamiento regulado tienen menos plazas que tarjetas expedidas, con lo que si todos los residentes en la zona azul, aun pagando, quisieran aparcar en su zona de residencia a la vez, no habría sitio. Lo lógico es crear primero aparcamientos como alternativa, a precios muy baratos, y luego hacer las actuaciones, pero aquí se ha empezado la casa por el tejado. Estimamos que se han perdido más de 365 plazas, una al día desde que gobiernan PSOE e IU.

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